En el tema, puedo decir, esperando que no le hayan matado todas sus ilusiones, que ya las puede dar por posibles, a veces, con un poco de suerte, con empeño y con la ayuda de los que le conocen, para insuflarlas de optimismo y decir “en una de esas….” Comencemos con algunos consejos que aquí van para que comience a resucitar las esperanzas;
- Muéstrese como es, sea como es, si le quieren así, bien, si no, ya sabrá cuando y con quien mostrarse, pero no pierda el conocer otros mundos personales por el miedo a sufrir. Siempre queda lo aprendido, lo posible de reconocer y revalorizar, lo que pueda recordar de una mirada, de un gesto cariñoso, etc.
- Abra sus oídos, escuche al que tiene al frente, asómbrese de las otras miradas del mundo, visite exposiciones, cines, teatros, todo lo que le colabore en su proceso, todo lo que le expanda la mente y el corazón le sirve para andar más contento(a) y feliz consigo mismo(a).
- Ríase de sí mismo(a), de sus travesuras, dé abrazos, nunca sobran, júntese con los que le quieren harto, la alegría es contagiosa y se volverá más atractivo(a), por dentro y por fuera, en serio, baile también, cante, pero por sobre todo, privilegie el mirar y mirarse, conózcase, o por lo menos, inténtelo.
- Compre flores, adorne el lugar que habita con lo que le gusta, pero hágase un regalo de color y olor, que permanece como la sonrisa de los que le miran día a día.
- Si estima que en su círculo habitual no aparece nadie como la gente, varíe de ambiente, asista a los conciertos, recitales varios, hasta tocatas pueden ser una alternativa, si no encuentra lo que busca, por lo menos, no será tiempo perdido, habrá alimentado su espíritu, sobre todo si es acompañado con música.
- Si alguna de sus amistades le ofrece presentarle a alguien que le tinca para usted, pregúntese primero qué tanto la conoce él o la susodicha, si su respuesta es afirmativa, acepte, ahorrará tiempo y esfuerzos, tanto tiempo en soledad no se recomienda, así que si puede ponerle un digno final al período de abstinencia, bienvenido. Ojo, recuerde el delirium tremens y otros síntomas asociados, ¿se los quiere ahorrar? ya pues, no espere que le vengan a tocar la puerta, usted ya se sabe el final de los cuentos, como dicen por ahí “no existirán los príncipes azules, pero sí hay princesas y príncipes grises, verdes, amarillos, etc.”, busque su color y apueste.
- Póngale ganas a lo que está viviendo, no dé a medias, todo a pulmón, nada para decir después “y si yo, tal vez…” es hoy el día. Piense que mañana puede morirse, o sus ganas, o las del otro, viva, sienta, piense y actúe, recuerde aquel famoso poema “No te salves” de Benedetti, léalo y conste que tiene más, muchos más……. Ahí tiene otro dato… lea…